Consuelo es como el olmo centenario que cobija a quien lo necesita en un caluroso día de agosto. Siempre está ahí (en el lugar más oportuno del camino), dispuesta a reconfortar, ayudar, alentar… y como el olmo lo hace con sus frondoso ramaje repleto de experiencia, sabiduría, amor y una energía mágica que la transmite en cada gesto y en cada palabra.
Como un hada mágica, Carolina tiene el don de inspirar y guiar a su alumnado con su dulzura y amabilidad (ya sean niños/as o adultos). Su mera presencia convierte cualquier espacio en un lugar lleno de magia y confianza. Su pasión por la enseñanza te hará vivir experiencias únicas e inolvidables, mientras te desarrollas como persona y docente.